Pareja, situada en
La villa de Pareja, hasta hace poco más de medio siglo, ha estado vinculada a la vida y costumbres -también a los privilegios cuando los hubo- de la ciudad de Cuenca, y mucho más aún a su diócesis, pues durante años y siglos se pudo considerar como segunda sede de sus obispos, de lo que aún se advierten en la villa alcarreña muchos detalles, además de que el obispo de Cuenca siga ostentando el título de Señor de Pareja y Casasana, lo que de alguna manera le sigue uniendo con tal vínculo a la provincia que tiene por vecina, y a cuya diócesis perteneció, como varios más de los pueblos de su comarca, desde tiempos imprecisos.
Como villa antigua que es, y ligada por motivos ya dichos a la mitra conquense, al hablar de su iglesia y de los monumentos religiosos con los que todavía cuenta (sólo una parte de los que antes tuvo), habremos de notar en este sentido su calidad de pueblo privilegiado.
La monumental iglesia de
Aunque pasado el tiempo, las cosas nos resulten hoy muy distintas a como las conocieron nuestros abuelos, hay están los documentos escritos hace cientos de años en los que se da cuenta de las particularidades de cada lugar, que no pocas veces a las gentes de hoy nos cuesta trabajo. Y uno de los más fieles documentos que existen en este sentido son las famosas “Relaciones” que durante la segunda mitad del siglo XVI el rey Felipe II ordenó se llevasen a cabo en todos los municipios con intención recaudatoria, y que, tal como fueron contestadas por las autoridades y escribanos de cada lugar, han llegado hasta nosotros. Así nos ha sido posible saber que en Pareja llegaron a existir hasta catorce ermitas. Transcribo literalmente del referido documento, según respuesta a la pregunta número 41, y que dice así: «Tiene extramuros una hermita que se dice Nuestra Señora del Remedio, de muy gran devoción, y bien reparada; tiene un humilladero que se llama de
El mismo documento nos habla después de la devoción en el pueblo a los Apóstoles San Simón y San Judas, dando asimismo noticia precisa de cuál fue su origen. El texto literal es el siguiente: «Tiene la dicha villa devoción con los Bienaventurados San Simón y Judas Apóstoles, y los tiene por sus patrones y Abogados, y ase oido decir a los antiguos que fue milagrosamente tomada la dicha devoción, porque en tiempos de peste general desta Villa, tomaron por devoción de celebrar la fiesta del Santo, que nuestro Señor les inspirase, y para ello hicieron doce velas de cera, y en cada una pusieron el nombre de un Apóstol, e las pusieron encendidas delante del Santísimo Sacramento, proponiendo que la última vela que de ellas quedase viva, que todas eran de un peso y pábilo, fuese visto ser aquella la devoción que habían de tomar, para celebrar y dar caridad en ella permanentemente, y ansí las dos últimas velas que quedaron fueron las de San Simón y Judas, y estos dos Santos se celebran perpetuamente, y oy en dia se hace la dicha fiesta dando y repartiendo doce reses vacunas a los Vecinos de la dicha Villa y pobres forasteros; ansí mismo se celebran las fiestas del Sr.San Gil, y Santa ana y Santa Agueda, y tomada la dicha devocion, cesó la dicha peste.»
En la suntuosidad interior de la iglesia de
He conseguido del legado Tomás Camarillo una fotografía de su retablo mayor, además de una serie de datos muy concretos que nos hablan de él; por ejemplo que su ensamblaje fue debido a Pedro Martínez Mendizábal, vecino de Pareja, quien colaboró con el famoso escultor abulense Antonio de Lanchares, al que en 1630 todavía se le adeudaban por su trabajo cinco mil reales. Constaba el retablo de tres calles y cuatro entrecalles, dos cuerpos y un remate final. Estaba adornado con estatuas de extraordinaria calidad: los cuatro Evangelistas en el cuerpo inferior, dos a cada lado del tabernáculo, y en el cuerpo superior dos santos obispos con San Miguel y San Sebastián. En el remate la escena del Calvario y escudos de los obispos de Cuenca. Los lienzos sobre diversas escenas de la vida de
Por lo demás, resaltar la magnífica portada renacentista orientada al mediodía, la monumentalidad de las cuatro columnas que separan las naves en el interior del templo, y las artísticas nervaduras que adornan el techo de la sacristía, sólo una muestra de las que tuvo la cobertura de la nave central, que a mediados del pasado siglo se vino abajo y fue preciso reponerla con nuevas formas y nuevos materiales.
A la salida del pueblo, ahora en obras de restauración, la ermita patronal -la más importante quizá de las catorce que hubo- de Nuestra Señora de los Remedios.
(Fotografía: Presbiterio de la iglesia de Pareja)
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